20 feb 2010

Noticias y detalles sobre las obras - Gran Vía - Segunda fase

Siendo la Gran Vía el tema que nos ocupa, prescindímos de otras noticias de igual relevancia que tuvieron Madrid como escenario.
Sin embargo, no podemos olvidar que, mientras el segundo tramo iba tomando forma, una huelga general revolucionaria tomaba la Puerta del Sol (16 de agosto de 1917), se inauguraba la Hemeroteca Municipal (18 de octubre de 1918), y el rey Alfonso XIII asistía a la inauguración del primer servicio de Metro (17 de octubre de 1919).


Nace 'Nuestra Señora de las Comunicaciones', que fue como se llamó al imponente edificio de Correos de Cibeles, hoy del Ayuntamiento (14 de marzo de 1919), y muere Eduardo Dato Iradier, Presidente del consejo de Ministros, asesinado en la Puerta de Alcalá (8 de marzo de 1921).

Más alegre es la noticia del triunfal estreno en el Teatro Apolo de la zarzuela 'Doña Francisquita', de Amadeo Vives.



Y esas son sólo algunas de las noticias que ocuparon las portadas de los periódicos de la época junto a estas otras que hablan de la Avenida de Pi y Margall.

En esta primer noticia se nombra al Alcalde Sr. conde de Limpias, que finalizará su mandato en diciembre de 1921.




La noticia que viene a continuación da cuenta de la casi total paralización de las obras en 1921 debido al incumplimiento del compromiso establecido en la prórroga concedida por el Ayuntamiento a D. Martin Albert Silver.

 

El detonante que llevó a este cambio fue una visita sorpresa realizada por el flamante Alcalde  marqués de Villabrágima a las obras del segundo tramo. Al llegar quedó pasmado al ver que allí no había ni un sólo obrero trabajando.
El espectáculo era desolador, montones de tierra hacían aquello intransitable, los solares aún no edificados estaban sin vallar y seis o siete edificios estaban a punto de finalizarse sin haber realizado las obras de alcantarillado.
Tal fue el enfado del marqués que, sumado a las largas que le daba la empresa concesionaria de las obras, acabaron con su paciencia y se optó por:

 
 

Horacio Echevarrieta era un bilbaino forrado de dinero, personalidad del momento relacionada con el mundo de las energías modernas, ex Diputado por Bilbao y propietario del periódico 'El Liberal' de Bilbao. 
Junto a Francos Rodríguez fue promotor de la construcción de la Casa de La Prensa, para la que anticipó el dinero.
A bordo del barco 'Antonio López' participó en las negociaciones de rescate de los prisioneros españoles de Alhucemas, que costó al Gobierno cuatro millones de pesetas.
Durante la representación de 'Tosca' en el Teatro Real, el Rey Alfonso XIII felicitó a Echevarrieta por su brillante actuación en el rescate. Todo esto ocurrió en 1923.

En 1925 la Diputación vasca acordó nombrarle padre de las provincias vascongadas por su eficaz labor en el concierto económico.



Pero no todo fueron triunfos y glorias para este famoso personaje público...


Construcción de la Gran Vía - Segunda Fase

En 1916 ya se habían derribado unas 35 casas de un total de 254 pertenecientes al segundo tramo de la Gran Vía o Bulevard. En algunas publicaciones de la época se habla de que fueron 129 las fincas expropiadas.
El coste de la expropiación de esta sección fue de 18.318.863,56 pesetas.

Como recordaréis, los arquitectos Sallaberry y Octavio, bautizaron cada tramo con un nombre, esta fase se llamaría 'Bulevard', pero por poco tiempo.

Denominación de calle de Pi y Margall
En la sesión del Ayuntamiento del día 5 de abril de 1918, siendo Alcalde Francos Rodríguez, se acordó denominar calle de Francisco Pi y Margall a la parte de la Gran Vía comprendida entre la Plaza del Callao y Red de San Luis.

Esta decisión, además de ser homenaje a uno de los Presidentes y principal promotor de la Primera República, tiene quizás una connotación más sentimental por haber sido Pi y Margall vecino de Madrid, con residencia en la plaza del Callao.
Fue en su primer domicilio, en la calle Postigo de San Martín, donde sufrió un atentado en 1884.
Un sacerdote, al grito de "¡Prepárese usted a morir!" le descerrajó tres tiros primero, y otro después, que no dieron en el blanco. Un quinto disparo sonó desde un balcón, donde el sacerdote se suicidó.

Francisco Pi y Margall, 'el glorioso jefe republicano', falleció en Madrid a la edad de 77 años, el 29 de noviembre de 1901.

Las obras
Las obras comenzarán en septiembre de 1917, quedando finalizadas las del primer tramo, conde de Peñalver, que como hemos dicho, estarán comprendidas entre la Red de San Luis y la Plaza del Callao.

Así explicaban los arquitectos Sallaberry y Octavio las características de esta vía:

Esta plaza (la del Callao) se une a la llamada red de San Luis por medio de un boulevard de 35 metros de latitud y 408,60 de largo, cuyo eje, prolongado hasta su encuentro con el de la vía primeramente descripta, forma un ángulo de 145,280, conservando esta dirección hasta enlazar con la calle de San Miguel.

 
  

También desaparecen algunas calles en el nuevo trazado, como la de San Jacinto, Travesía del Desengaño y casi la totalidad de Jacometrezo, y otras sufrieron modificaciones, como es el caso de las calles Desengaño, Mesonero Romanos, Chinchilla, Abadas, Tres Cruces, Salud, Carmen, Valverde... en dos palabras, casi todas.

La Plaza del Callao también sufrió modificaciones, en este caso beneficiosas ya que fue ampliada. (105 metros de longitud por 48 de latitud)

 
 
Así se anunciaba el inicio de las obras del segundo tramo en la revista 'La Construcción Moderna' del 15 de octubre de 1917:


La rasante 
Aquello tuvo que ser monumental. Era necesario el derribo de fincas y desmonte de la vía general, transversales y paralelas para poder rebajar la rasante aproximadamente cuatro metros.
La calle Jacometrezo en su rasante antigua, en relación a la del segundo tramo, era de más de tres metros.

Adiós al Boulevard


Lo que en el primitivo proyecto se ve como un precioso boulevard que dará nombre a la avenida, lleno de árboles, con un paseo central y aceras laterales, se quedará en el papel.

La calle será más ancha que la del conde de Peñalver, 35 metros de ancho y  una longitud de 330 metros, con aceras de 7,5 metros de ancho por 20 de calzada. El arbolado que embellecería esta arteria, que muchos admiraban y otros rechazaban, no haría otra cosa que entorpecer la circulación y por eso fue suprimido.

De esta forma demuestra su descontento el periodista Angel Muñóz de la revista 'La Ciudad Lineal' del 20 de septiembre de 1916:


Es verdad que la idea del boulevard figuraba en el primitivo proyecto del arquitecto D. Carlos Velasco Peinado, que Sallaberry y Octavio rectificaron.
Las nuevas tendencias europeas prescindían de los dichosos bulevares por considerar que tenían más desventajas que ventajas, convirtiéndose al fin en calles o paseos inadaptables.
Afortunadamente los arquitectos rectificaron y la avenida de Pi y Margall pasó a tener el aspecto que hoy muestra.

Las expropiaciones
Como en las obras del primer tramo, aquí también fue complicado construir el entramado de tuberías y alcantarillados, siendo preciso la expropiación de las fincas que quedaban pendiente.

En 1918 sabemos cómo iba el proceso de expropiación gracias a ésta noticia de la revista 'La Construcción Moderna', del 15 de mayo de ese año.
En 1919 el tema de las expropiaciones se encontraba casi concluido, como se informa en esta noticia de la revista 'La Construcción Moderna', del 30 de marzo de ese año.

Doce fueron las nuevas manzanas surgidas de este segundo tramo del proyecto, que se irían poblando con estupendos y monumentales edificios de gran altura. Lamentablemente la opulenta vía no estaba en consonancia con sus calles laterales, estrechas y encajonadas.

Picos, palas y pesetas
Mientras la segunda fase de la Gran Vía llevaba su ritmo de derribos y construcciones, el concesionario de las obras, D. Martin Albert Silver, entregaba el primer tramo urbanizado, es decir la Avenida del conde de Peñalver.
Se levantó acta, y en las Memorias suscritas por el arquitecto inspector facultativo de las obras, D. José Sallaberry, se indicaba:

 
 
Este segundo tramo o fase de la Gran Vía o Avenida de Pi y Margall resultará ser la vía central más importante por su situación, su uniformidad en la rasante y el tipo de edificación, suntuosas casas que alcanzarán nueve alturas (32 a 35 metros).

En 1921 ya era transitable, realizándose la entrega provisional de las obras en julio de ese año y la definitiva el 20 de agosto de 1927.

19 feb 2010

El conde de Peñalver y la Gran Vía

En nuestro anterior artículo hablábamos del progreso de las obras de la Avenida B en 1916.
Merecido es entonces un espacio en este recorrido histórico al mencionado tantas veces conde de Peñalver.

Ese mismo año, exactamente el 5 de febrero a las siete de la mañana, decía adiós a Madrid y a la vida.

Don Nicolás de Peñalver y Zamora, conde de Peñalver y marqués de Arcos, fue figura preeminentísima de la sociedad madrileña, ejerciendo de Alcalde-presidente de Madrid en tres ocasiones. (1892, 1895-1896, 1907-1909)

Afiliado al partido conservador ocupó varios cargos públicos, siendo en el momento de su fallecimiento Senador vitalicio. 

A él se deben grandes mejoras para el Municipio como el proyecto de valoración de terrenos del Ensanche, la creación de la banda municipal, la Asociación Matritense de Caridad y el proyecto de la Gran Vía, del que fue su principal defensor.

También se involucró en otros temas como la inamovilidad de los empleados, el establecimiento de coches para conducir la carne del Matadero a las carnicerías, librando a Madrid de los pesados carromatos, además de presidir el Comite ejecutivo del Asilo de Santa Cristina, del Casino de Madrid, de la Sociedad Cooperativa de crédito hipotecario 'El Hogar Español', del Real Automóvil Club y del Madrid Automóvil.

Tan notable fue su buen hacer en la política y la sociedad que fue galardonado con la Cruz de Carlos III, la de Isabel la católica y la de Beneficencia. Esta última le fue concedida por sufrir la infección del tifus exantemático que contrajo en el Asilo Tovar en una vista realizada en funciones de Alcalde de Madrid.

A las tres de la tarde del domingo 6 de febrero, salió el féretro de la casa mortuoria a la estación del Norte, desde donde se trasladó el cadaver a Asturias.


La segunda edición del periódico 'La Correspondencia de España' del domingo 13 de febrero anunciaba:



Es por todo esto que la Avenida B pasó a llamarse del Conde de Peñalver, algo que hoy el paseante puede adivinar al contemplar la placa ubicada en el edificio de La Gran Peña.

 

El 26 de noviembre de 1917, a las once de la mañana, se celebró un emotivo acto para descubrir la placa que el Ayuntamiento dedicaba al conde de Peñalver.
Así quedó reflejado en las noticias del diario 'El País' del martes 27 de noviembre de 1917:



Así era la sociedad en aquellos tiempos, y así los hombres visionarios que apostaron por una ciudad que hoy continúa avanzando.

Construcción de la Gran Vía - Segunda Fase



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Nuevos edificios engalanan la Avenida B o de Conde de Peñalver

Los solares expropiados comienzan a dejar de serlo y la Avenida B o de Conde de Peñalver mostrará la finalidad de aquel proyecto con la construcción de bellísimos edificios que hoy siguen engalanando esta entrañable arteria del centro de Madrid.

Así, en 1916, la primera fase de la Gran Vía gozaba ya de dos estupendos edificios proyectados por el arquitecto Sr. Reinals que estaban habitados.
Lo propio ocurría con el que hace esquina con la calle Clavel, del arquitecto Sr. Zapata, propiedad de D. Rafael Sánchez y destinado a grandes almacenes.

El edificio destinado al Centro del Ejército y la Armada estaba en plena fase de construcción...



... y para finales de aquel año se anunciaba el traslado de la Gran Peña a su nueva casa (proyecto de los arquitectos Gambra y Zumárraga), situada en el arranque de Gran Vía con fachadas a Marqués de Valdeiglesias y Reina.

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También estaban en plena fase de construcción los siguientes edificios:

Casa Giralt Laporta, a cargo del arquitecto Sr. Monasterio.
 
Publicado en la sección 'Informaciones de Provincias de 'La Correspondencia de España' el 9 de agosto de 1915.


Casa del Conde de Artaza, con fachadas a Gran Vía, Caballero de Gracia y Clavel, a cargo del arquitecto D. Cesáreo Iradier.



La Casa del Sr. Murga (la más alta de Madrid), que bajo la dirección del Sr. Zapata se alza en la unión de la primera con la segunda fase del proyecto, con fachadas a la calle Hortaleza, Fuencarral y Red de San Luis.


Un poco más retrasadas en construcción, pero con varios pisos levantados, se alzan las casas del Sr. Becerril (Gran Vía esquina Victor Hugo o San Jorge) del arquitecto Sr. Pérez de los Cobos...

 

... y el inmueble que para el Sr. Allende contruye el arquitecto Sr. López Salaberry en el chaflán de la Red de San Luis y Caballero de Gracia.



De todos los solares vendidos sólo faltaba por construir el perteneciente a la Sociedad "Los previsores del porvenir", ubicado entre las casas de Giralt y Ocharan.



Mientras crecían aquellos preciosos edificios, el oratorio del Caballero de Gracia, único que quedará en pie en esta avenida, sufría modificaciones en su fachada para darle entrada por la Gran Vía. El arquitecto encargado de la remodelación fue D. Carlos de Luque.



La Sociedad de seguros "La Estrella" adquirirá el solar disponible en la acera de los pares, entre las calles de Victor Hugo o San Jorge y Clavel.



Incluyendo el que ocupaba el Hotel Roma, en 1916 eran catorce los solares vendidos, de los cuales doce ya estaban construídos o en construcción. Las fincas derribadas hacían un total de 76 y el coste de las expropiaciones ascendía a 14.191.164,86 pesetas.

Como se ve hoy en día, todas las fincas tenían carácter monumental y debían contribuir al ornato de la céntrica vía, destacando el Centro del Ejército y la Armada, donde el arquitecto Sánchez Eznarriaga demuestra su valía y sentido artístico en la composición de las fachadas que revelan claramente el destino para el que fue construído.
Con el producto de la venta del solar adqurido por 'La Estrella' y de otro adquirido por el Sr. Urquijo, podrán continuarse las expropiaciones del segundo tramo hasta la Plaza del Callao.

En febrero de 1916 sólo quedaba una finca por demoler en el primer tramo, se trataba de las oficinas de Gran Vía y las del Ayuntamiento, ubicadas en el número 5 de la calle Hortaleza.

Y con esto concluímos este recorrido por alguno de los tantos edificios del primer tramo de la Gran Vía, o Avenida B o del Conde de Peñalver.
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